Segundo libro de la Trilogía Las Tejedoras de Destinos
Autor: Gennifer Albin
Año de publicación: 2013
Categoría: Distopía / Juvenil
SINOPSIS
Vida. Posibilidad. Elección. El gremio se lo arrebató todo.
OPINIÓN PERSONAL
Me gustó mucho más este libro que el primero, la verdad que estoy ansiosa y desesperada por seguir con el tercero jeje. Así que recomiendo que si no tienes el tercero no te leas aún el segundo porque el final lo exige, igual que el primero. Esta es una trilogía totalmente conectada desde el primer libro, no es posible leerse sólo el primero como ocurre en otras sagas o trilogías.
La trama está muy interesante, aunque claro, ya lo era en el primer libro, pero aquí aparecen cosas nuevas y muy interesantes y la trama da giros bastante impredecibles.
Totalmente recomendado.
Puntuación:





CITAS
“—¿Qué tienes en mente? ¿Reconstruir la ciudad? —me pregunta Erik—. ¿O deberíamos pasar directamente a la repoblación?
—Cállate —le ordena Jost—. No tiene gracia.—¿Por qué no? Esa es la parte buena de quedarse atrapado en un lugar totalmente abandonado.
—Pues más vale que encuentres a alguien que te ayude a hacerlo porque ella no está libre. Seguro que hay algún perro simpático por los alrededores. Tal vez deberías limitarte a los de tu especie —dice Jost.”
—¿Mi reputación?
—De hombre encantador.
Mis palabras le arrancan una sonrisa que derrite un poco la ira gélida de mi pecho.”

—Algunos de mis mejores amigos son ladrones —dice él, esbozando una sonrisa. El gesto, aunque insignificante, despierta algo en mi mente. Tiene un extremo de la boca más alzado que el otro, pero los labios no llegan a dibujar la sonrisa, jamás le había visto, sin embargo algo en él me resulta enormemente familiar.”

—Es un poco más complicado que eso. Utilizamos un sistema fotovoltaico híbrido con un generador de carbón que…
—¿Básicamente es de donde procede la electricidad? —le interrumpe Erik.
—Sí —responde Jax con una carcajada.”

—Si alguna vez me comporto así, prométeme que acabarás conmigo —le susurro a Jost.
—Hecho —responde él sin vacilar. Por esto funciona nuestra relación.”

—Perdona —me dice con la voz amortiguada por la mano.
—¿Te estás tapando los ojos? —le pregunto con incredulidad.
—Estoy comportándome como un caballero —responde, mirando todavía hacia otro lado.
—Eso sí que sería una novedad —le digo mientras me saco el vestido por la cabeza.
—Supongo que he cambiado —se burla.”

—Veamos qué te ha tocado a ti —le digo.
—Oh, espero que el mío sea de color morado y deje más piel al descubierto —responde, guiñándome un ojo.
—Ya que vas de listillo, yo espero lo mismo.”

—Yo también —decido. Dante se queja pero empieza a caminar tras él.
—Sabía por qué queríais venir, pero esperaba que os acobardaseis.
—Somos demasiado jóvenes e imprudentes para acobardarnos —responde Erik a gritos.
—Va a conseguir que nos maten —gruñe Jost mientras seguimos a Erik.
—No, si lo consigo yo primero —bromeo, tratando de relajar el ambiente.”

—Mi hija —enfatiza la última palabra, como si estuviera probándola para ver si le gusta.
—Debe de haber salido a ti —responde Jax, con tono claramente jocoso.
—No empecemos —le advierte Dante—. Ha estado a punto de conseguir que nos mataran a todos, e igualmente podría haber invitado a Cormac a nuestra excursión. Era absolutamente obvio que estábamos allí.
—¿Qué vas a hacer con ella?
—¿Meterle un poco de sentido común en la cabeza? —dice Dante—. No lo sé. Es terca. Oh, no me mires así. Lo sé: ha salido a mí.”

—¡No, idiota, es que no sé nadar!”

—No te preocupes, Ad —responde él, deslizándose de nuevo por el agua—. Jamás te abandonaré.”

Erik reflexiona un instante y luego me envuelve con un abrazo.
—Me gusta.
—¿Lo ves? —le digo, disfrutando de la calidez de su cuerpo—. Tus elecciones están mejorando día a día.”

—Lo he cogido prestado —responde.
—Sin permiso —añado.
—Moral flexible —decimos los dos a un tiempo.
—Toco madera —exclama Erik.
—¡Oh, no!, mala suerte para mí —gimo.
—No —me asegura—. En Saxun, me deberías algo.
—Eso suena a problemas —respondo, sin estar segura de querer estar más en deuda con Erik—.¿Qué te debo?
Erik me guiña un ojo desde el asiento del conductor.
—Ya se me ocurrirá algo.”

—¿Cuál?
—El 116.
Niego con la cabeza. No me los sé de memoria.
—Léemelo.
El rostro de Erik adquiere una expresión extraña, pero se aclara la garganta. No comprendo su reacción hasta que empieza a leer.
—No permitáis que la unión de unas almas fieles admita impedimentos. No es amor el amor que se modifica por momentos, o que a distanciarse en la distancia tiende —hace una pausa y se atreve a mirarme."

—No podrías haberla detenido —susurro, dibujando el contorno de su barbilla.
—Debería haberlo intentado. Tus manos son hermosas.
—Ya no —respondo.
—Ahora lo son más. Las imperfecciones las hacen perfectas.”

—Por Adelice —responde Erik sin vacilación—. Tuviste tu oportunidad y no voy a esperar más. Me he mantenido al margen porque me sentía mal, pero esta vez has perdido, y yo no he tenido nada que ver.
—¿A alguien le importa lo que yo piense? —pregunto en voz baja.
—¡No! —responden al unísono sin volverse hacia mí.
—Estupendo —me alejo, dejándolos bajo el tenue resplandor de una bombilla halógena”

SONETO 116
No permitáis que la unión de unas almas fieles
admita impedimentos. No es amor el amor
que se modifica por momentos,
o que a distanciarse en la distancia tiende.
¡Oh, no!, es un faro imperturbable
que contempla la tormenta sin llegar a estremecerse,
es la estrella para un barco sin rumbo,
de valor desconocido, aun contando su altura.
No es un capricho del tiempo, aunque los rosados labios
y mejillas caigan bajo un golpe de guadaña.
El amor no varía durante breves horas o semanas,
sino que se confirma incluso ante la muerte.
Si es esto erróneo y puede ser probado,
nunca escribí nada, ni ningún hombre amó.
SOBRE LA AUTORA
No permitáis que la unión de unas almas fieles
admita impedimentos. No es amor el amor
que se modifica por momentos,
o que a distanciarse en la distancia tiende.
¡Oh, no!, es un faro imperturbable
que contempla la tormenta sin llegar a estremecerse,
es la estrella para un barco sin rumbo,
de valor desconocido, aun contando su altura.
No es un capricho del tiempo, aunque los rosados labios
y mejillas caigan bajo un golpe de guadaña.
El amor no varía durante breves horas o semanas,
sino que se confirma incluso ante la muerte.
Si es esto erróneo y puede ser probado,
nunca escribí nada, ni ningún hombre amó.
SOBRE LA AUTORA
Actualmente vive con su marido y dos hijos en Kansas.
TRILOGÍA LAS TEJEDORAS DE DESTINOS
0.5 El departamento de manipulaciones
1 Las Tejedoras de Destinos
1.5 The rain is a lie
2 Entre dos mundos
2.5 The girl in the high tower
3 La elección final
*
¿LO QUIERES?
Escribe tu correo en los comentarios y te mando el epub.
¿Qué te parece a ti el libro?


No hay comentarios:
Publicar un comentario